Artículo de Andrew Jones
El 2 de agosto de 2014, los 500.000 habitantes de Toledo (Ohio) se levantaron con una alerta ciudadana. "¡Aviso urgente sobre le agua! NO SE DEBE BEBER AGUA. NO SE DEBE HERVIR AGUA." Horas más tarde, los negocios locales habían vendido toda el agua embotellada. Los habitantes se desplazaron hasta 100 km de la ciudad para buscar agua.
La floración de algas en el lago Erie, el décimo lago de agua dulce más grande del mundo, había contaminado el agua del grifo con microcistina, una potente toxina que puede causar vómitos, diarrea e insuficiencia renal.
En las últimas décadas, ha caído demasiado fósforo y nitrógeno en el lago, cosa que ha incrementado el crecimiento de algas tóxicas de manera desmesurada. Las señales de "PELIGRO. Evitar el contacto con el agua" son ya habituales en las playas del lado oeste del lago Erie en verano.
Muestra de agua del lago Erie tomada en septiembre de 2017 (Imagen:NOAA GLERL)
Al describir las alfas, el canotier Dave Spangler comentó que "es tan espesa que frena los barcos" y la comparó con el olor del "sótano de la abuela, con ese olor a rancio."
Las floraciones afectan más allá de poder beber agua. Las capas de algas evitan que la luz del sol llegue a las plantas acuáticas. Cuando las algas mueren, la excesiva cantidad de biomasa activa un frenesí de actividad microbiótica que consume rápidamente el oxígeno disuelto en el lago. Así, asfixia a todos los peces y la vida acuática en el proceso. Esta zona muerta puede alcanzar hasta un tercio del lago.
La escorrentía agrícola es la causa principal. Las prácticas de fertilización modernas y las grandes cantidades de desechos animales que provienen de las operaciones concentradas de alimentación animal resultan en un exceso de fósforo y nitrógeno, mientras que las grandes lluvias empujan estos nutrientes al lago.
Históricamente, luchar contra la contaminación de origen puntual es posible: si una planta depuradora vierte sustancias contaminantes en el lago, es relativamente fácil de descubrir y remediar. Sin embargo, cuando el origen proviene de miles de industrias agrarias independientes distribuidas por toda la cuenca, la contaminación es más difícil de regular prácticamente (y políticamente).
Durante años, la gente de Toledo presionó los canales legales tradicionales para hacer cumplir las normas existentes y crear nuevas reglas para proteger el agua potable, pero fue inútil. Frustrados por la inacción, buscaron otras vías.
¿Los árboles deben tener capacidad procesal?
Antiguamente, grupos de gente habían presentado demandas para evitar la destrucción de ecosistemas, pero la mayoría de veces, los tribunales dictaminaron que los grupos no tenían la capacidad procesal suficiente para presentar la demanda. Para tener capacidad procesal, debes sufrir daños o perjuicios directos.
Como respuesta, algunos se han dispuesto a asignar capacidad procesal a la naturaleza. En 1972, el profesor de derecho Christopher Stone escribió el ensayo Should Trees Have Standing?—Toward Legal Rights for Natural Objects, en español "¿Los árboles deben tener capacidad procesal? - Hacia los derechos legales de los objetos naturales".
Parece que dar derechos a la naturaleza va más allá de nuestra imaginación colectiva, pero, como escribe Stone,
«a través de la historia legal, cada extensión sucesiva de derechos a una nueva entidad ha sido...un poco impensable... Hasta que el objeto sin derechos los recibe, entonces ya es un objeto que “podemos” utilizar (los que en ese momento tenemos derechos).»
Dar derechos a la naturaleza tendría consecuencias inmediatas. Para que un sistema de mercado funcione, los negocios deben hacerse responsables de los costes que imponen en las personas de la última etapa, pero los efectos de la contaminación en humanos son a menudo demasiado difusos para que la ley se apoye en ellos. Stone hizo referencia específicamente a la contaminación del lago Erie en la década de 1970 como ejemplo. Al considerar los costes de la última etapa, Stone argumentó que deberíamos ampliar los llamados «intereses homocentristas» para incluir la muerte y el sufrimiento de la vida no humana.
Puede ser más fácil de lo que parece: el sistema legal crea valor económico a través de lo que protege. Si la propiedad privada y los derechos de autor tienen valor porque los reconoce la ley, se puede otorgar valor a un lago cuando la ley impone sanciones contra aquellos que violan los derechos del lago.
Los derechos de la naturaleza escritos en la ley
En los últimos años, cada vez más gente ha recurrido al argumento de Stone para conseguir un cambio más significativo. Desde 2006, los derechos de la naturaleza han comenzado a formar parte de la ley en ciudades y países de todo el mundo.
Ecuador fue la primera nación que reconoció los derechos de la naturaleza en su Constitución en 2008. El artículo constitucional dice lo siguiente:
"La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza."
Dicho de otro modo, cualquier persona puede ir a juicio para proteger la vida, independientemente de la capacidad procesal del demandante. Más allá de la protección contra futuros daños, el artículo constata que "la naturaleza tiene derecho a la restauración."
Bolivia siguió sus pasos en 2010 con la "Ley de Derechos de la Madre Tierra ", en español [aquí](https://bolivia.infoleyes.com/norma/2689/ley-de-derechos-de-la-madre-tierra-071]. La ley define la Madre Tierra como "el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común."
En 2017, Nueva Zelanda otorgó al río Whanganui la capacidad de persona jurídica, convirtiéndose así en el primer río del mundo que se reconoce como un ser viviente e indivisible. Un tribunal de la India fue un paso más allá y declaró el río Ganges y su afluente Yamuna "entidades vivientes y legales."
Río Whanganui (Imagen: Duane Wilkins)
El reconocimiento ha persistido más allá del simbolismo en el tribunal. En 2011, la caótica construcción de una carretera junto al río Vilcabamba en Ecuador amenazó los ecosistemas río abajo. Los materiales excavados y los escombros se tiraron al río. La ampliación de las laderas aumentó la erosión y los bloques consecuentes cambiaron el trayecto del río y aumentaron su cabal. Así, hubo grandes inundaciones que destruyeron ecosistemas y que expusieron desprendimientos que afectaron el acceso al agua potable.
En vez de argumentar daños personales, la gente río abajo presentó una demanda constitucional en nombre del río y el tribunal provincial falló a su favor.
Sin embargo, el "felices para siempre" ha evitado a los defensores de los derechos de la naturaleza. Los defensores del río han tenido dificultades para que el gobierno ecuatoriano aplique la sentencia. Mientras tanto, las extracciones de petróleo se siguen expandiendo por la selva tropical ecuatoriana. El gobierno boliviano incentiva la agricultura de tala y quema responsable, según los bolivianos, de la aparición de incendios sin precedentes en el bosque de Chiquitano; en español aquí. El Tribunal Supremo de India anuló su sentencia anterior; en español aquí; y declaró que otorgar derechos legales a los ríos es "legalmente insostenible."
En cambio, la capacidad procesal de persona jurídica del río Whanganui ha ganado más respeto. El proyecto de ley es la culminación de un siglo de luchas; en español aquí; por parte de la comunidad indígena de los Maori y reconoce que los destinos de las personas y el río se unen. Entre otras innovaciones, el amplio marco constituye un consejo humano para supervisar directamente los intereses del río.
Posteriormente, el movimiento global inspiró a Toledanos por el agua potable, un grupo común de la orilla del lago Erie, a escribir la Declaración de derechos del lago Erie (LEBOR).
Toledo vota por la Declaración de derechos del lago Erie
Floración nociva de algas en el lago Erie, 20 de septiembre de 2017 (Imagen: Aerial Associates Photography, Inc. by Zachary Haslick)
La declaración expone:
"ya es necesario que...extendamos los derechos legales a nuestro entorno natural para asegurarnos de que el mundo natural, así como nuestros valores, intereses y derechos, ya no son subordinados de la acumulación de riqueza excedente y del poder político no responsable."
Tras años de reunir apoyo público para la LEBOR, la ciudad de Toledo otorgó derechos legales al lago Erie en 2019. Mientras otros avances de los Derechos de la naturaleza se establecieron en tribunales o en legislaturas, los habitantes de Toledo aprobaron la Declaración con el 61% de los votos.
Menos de 11 horas después de la aprobación de la Declaración, la asociación Drewes Farms Partnership y el Estado de Ohio presentaron una demanda contra la Ciudad de Toledo para impugnar la Declaración por su inconstitucionalidad e ilegalidad.
La demanda de Drewes Farms es excepcional porque llega al extremo de explicar cómo la Declaración les impide gestionar su negocio como siempre han hecho. Esta es exactamente la motivación de la Declaración, porque Drewes Farms está en lo cierto. No se pueden mitigar los excesos de vertidos sin cambiar en esencia nuestro enfoque de la agricultura y sus vastos monocultivos, el exceso de fertilizantes artificiales, los tractores de 500.000 dólares y de 65 toneladas con un tanque de casi 4.000 litros de diésel y los estrechos complejos de animales sufriendo.
El objetivo no es menospreciar la grave situación de Drewes Farms. Desde su punto de vista, ha respondido a las restricciones mercantiles durante décadas para racionar beneficios en un negocio mercantilizado. Para sobrevivir, probablemente se ha endeudado para controlar más tierras con máquinas más grandes; solo se había evaluado su habilidad de generar beneficios. Pero entonces, una ciudad al norte del estado intenta atosigarlos con nuevas demandas. Para acatar completamente la Declaración, requeriría una ayuda extraordinaria, las máquinas de 500.000 dólares y las deudas de un millón de dólares serían inútiles; la Declaración no ayuda.
Ambos lados presentaron los alegatos orales en enero de 2020.Drewes Farms y el Estado de Ohio se han visto obligados a hacer malabarismos con alegatos contradictorios, argumentan que Toledo no tiene derecho a ir más allá de su jurisdicción para proteger el agua potable, pero declaran que el estado y las empresas tienen derecho a contaminar más allá de sus límites.
¿Qué derechos prevalecen?
La cuestión principal es "¿Qué derechos prevalecen?" ¿Los derechos de los habitantes de Toledo para tener agua potable? ¿Los derechos de los ecosistemas del lago Erie para "existir, florecer y evolucionar naturalmente"? ¿O los derechos de Drewes Farms y sus compañeros para actuar como siempre han hecho?
Como más grande es el paraguas de derechos, más conflictos hay sobre esos derechos con frecuencia. Entonces, ¿a qué derecho deberían dar prioridad?
El movimiento de los derechos de la naturaleza es un intento de replantearnos las prioridades. Defiende que proteger el acceso a lo esencial de la vida (aire limpio y agua potable) es más prioritario que el acceso de una empresa a la propiedad privada y a beneficios; que el derecho a existir de un ecosistema vivo es más prioritario que el derecho humano de explotar vida sin remedio.
El movimiento tiene una oposición por parte de intereses poderosos y afianzados, pero el poder está en la simplicidad. Para anular la Declaración, un juez debe dictar que no, que los habitantes de Toledo y el ecosistema del lago no tienen derecho a un ambiente limpio y sano y que es legal que las empresas y los gobiernos priven al lago Erie de este ambiente.
Al final de "¿Los árboles deben tener capacidad procesal?", Christopher Stone pasa de lo práctico a lo filosófico y pregunta:
"¿Qué parte de nosotros nos da la necesidad, no solo de satisfacer nuestras necesidades biológicas, sino también de extender nuestras voluntades sobre las cosas, de materializarlas, de propiedad, de manipulación, de mantenerlas a una distancia psíquica?"
Nuestra manera de ver la naturaleza como objetos que dominar ha llevado a la destrucción de la tierra y la vida, y esta mentalidad se ha repetido en el tratamiento legal de otro tipo de vida. Stone veía el apoyo de nuestra "separación" de la naturaleza como un inhibidor del desarrollo personal y del ser moral.
Stone recuerda el papel del Tribunal Supremo en la anulación de la segregación racial en las escuelas de los EE.UU., y nos recuerda que la importancia cultural de la sentencia fue más importante que sus consecuencias prácticas. La sentencia "nos despertó las necesidades morales que, cuando fueron visibles, ya no se podían negar."
Asimismo, otorgar derechos legales a la naturaleza puede ser un paso crucial para replantearnos nuestra relación con la vida.
Floración nociva de algas en el lago Erie, octubre de 2015 (Imagen: NOAA Great Lakes CoastWatch)